un poco de ajenjo

De las alas del hada verde para sus débiles mentes

miércoles, mayo 25, 2005

Los Oníricos y yo I



Son mis amados compañeros de juegos, me visitan principalmente de noche (eso no impide que en ocasiones me jueguen bromas pesadas y me atrapen en sus juegos a mediodía y me hagan soñar con los ojos abiertos). Los conocí cuando tenía 3 años, aunque en realidad ya me visitaban desde mucho antes (o tal vez era yo uno de ellos) pero yo no lo sabía. Al principio les temía, porque no sabía jugar con ellos. Una noche los dejé acercarse y me mostraron su esencia. Ellos son lo que comúnmente les llamamos “sueños”, pero que en un estilo más propio y personal he decidido llamar Oníricos. Sé que les encanta porque son muy excéntricos y este tipo de cosas les fascina.

Son amorfos, pero maneables. Toman la forma o figura que se les da la gana, en ocasiones son una fuente de agua clara, la luz en la oscuridad, un gato gigante, la sangre que escurre por mi cuello, un vestido de novia, la huída en la noche, el filo de una navaja… Pero sus figuras favoritas (me lo han confesado) son los ojos de un niño, los labios tibios de los amantes, las manos tiernas de una madre y el viento travieso que se cuela por debajo de la puerta y traspasa los vestidos. Cuando se enfurecen toman la forma de una yegua preñada y enloquecida, entonces corren sobre la noche tras su amo intentando atacarlo. Cuando logran atacarlo, se convierten en un íncubo, en la mano del asesino, el bebé muerto entre los brazos, la calle oscura y sin fin que debemos recorrer, la playa desierta donde nos volvemos arena. Es cuando se les llama pesadillas. (Cont...)

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