un poco de ajenjo

De las alas del hada verde para sus débiles mentes

lunes, julio 17, 2006

¡Ya volví!



Jajaja! Pues nada, que no avisé y así sin decir agua va que me tomo mis merecidísimas vacaciones. Descansó la gata, ni modo, ya me tocaba. Y es que la neta mi pobre puerquecito, ups! digo, cuerpecito, no podía más con la carrilla y el desgaste físico. ¡Y ni hablar del desgaste psicológico, emocional, anímico y demás madres! La cosa es que ya estaba jodidísima y N-E-C-E-S-I-T-A-B-A un inche descanso. Y pos..., no me fuí a ningún spa de esos supercaritos y en donde te bañan de lodo que juran es de las islas griegas y resulta ser la tierrita bien cernida y sin lombrices de las macetas del corredor del mismo spa. Tampoco fui a tirarme de barriga a ninguna paradisiaca (y cara) playa (y vaya que por el rumbo hay algunas casi desconocidas que valen la pena), no valía la pena ir a tatemarse y gastar lo que no se tiene. No fui a ningún sitio, ¡es más, ni al cine fui y no por falta de ganas, sino por huevonada! Simplemente: ¡DESCANSÉ! Descansé hasta de mí, claro que eso no impidió que me medio hiciera la vida de cuadros al tener que buscar un nuevo carro en el cual movilizarme en cuanto vuelva a mi horario regular de la biblioteca (que es de 1:00 p.m. a 9:00 p.m., prussssssh!). Por el momento he andado muy felizmente en democrática calafia y neta que no me molestaría tener que andar un tiempito en tan singular vehículo. La cosa es que casi me he comprado un carro, pero bah! Dejemos esa fea historia para otro día. Hoy sólo quiero presumirles que descansé, felizmente descansé. Leí lo que se me antojó, ví los partidos del mundial (que no quiero decir nada de nada de las selecciones americanas que nos quedaron debiendo, principalmente Brasil...), me levanté supertarde (como una semana levantándome a la 1:00 p.m.), comí super rico (todo hecho en casita con mis divimas manitas), anduve en fachas (camisetotas, shorts, pantalones rotos, camisetas de colores estrafalarios, chanclas o descalza, calzones guangos, sin bra, jajajajaja), no me preocupé por el reloj, ni por el celular, si llegaba a salir el tránsito alocado me valía madre, no gasté casi nada de lana (me la llevé en casa, lee y lee, viendo peliculitas, programas de tv), fui tranquilamente a votar,(ese es otro relajo del cual no quiero hablar, con el relajo que nos traemos) fui a ver a mi sobrinito y su mamá que está por parir (es un decir, le harán cesárea)en fin. Pero ni modo, se le acabo el veinte a este piano y pos a chingarse la existencia un semestre más... Ni modo, c'est la vie!