POR FIN... ME HE PUESTO FESTIVA...
¡Santos piñatazos! Por fin me llegó el "espíritu navideño" (el espíritu monetario me hubiera gustado más, pero bueno..) Y a instancias de mi madre que no se cansó de estar chinga, que me chinga toda la semana con la cantaleta de "¡Qué aguafiestas! ¿a caso no vas a colgar ni una esferita, una lucecita, no vas a sacar mi nacimiento? mira que ya empezaron las posadas y tú ni ponche has hecho, nada más el puro ron para el piquete te tomas, ¿quéno piensas poner nada?" Total, que hasta la madre como me tenía, después de pegar 3 o cuatro gritos de "Pos cómo carajos quiere que ponga algo si no ha sacado las cajas de los cochinos, remarranos adornos" (Sí, con esas palabras, porque no pude decir "chingados" y "pinches chingaderitas", sino ahora contaría con dos dientes flojos) ayer mi madre me recibió muy alegre, con dos cajas repletas de "pinches chingaderitas" para decorar mi sacrosanto hogar con cálidas lucecitas, nacimiento y pinito con esferitas rojas y doradas, que representan el amor y la lana (por aquello del feng-shui). Ya se imaginaran la odisea que se convirtió aquello: casi bucear en las cajas para encontrar las estrellitas miniatura que van en el nacimiento, de las 9 extensiones que había nomás sirvieron tres, pegarle la cabeza a uno de los pastores y una pierna a la virgen (el niño está perdido, así que tengo 4 días para buscarlo), ir a comprar el jodido pinito ("¡ese es muy grande, aquel ya esta amarilllo, ese otro esta chueco, aquel tiene las ramas desparramadas, ay no, ese nooooo!!) llevarlo a la casa (imagínense lo que sintió mi pobre escarabajo [un honda civic 81, sedan] con el peso del pino de 1.67 cm de altura, el mío, el de mi amá y el de los garrafones de agua, porque "no hay agua para el ponche"), bajarlo, meterlo y lo que es peor ¡acomodarlo en la sala de dos por dos! ¡DIABLOS! Ya para ese momento lo que yo quería era ser judía... ¡Puta, que bárbaro con esta pinche Navidad cristiana y capitalista! Hasta la madre estoy de tanta oferta navideña y lucecitas que te dejan tan apendejado, que acabas comprando un pinche trineo para cascar nueces. En fin, despues de tanta chingadera, cuando colgué el último adorno y vi mi obra terminada, di gracias a Krishna por haberme permitido sobrevivir a la avalancha de triques navideños. Whatever, Felices fiestas a todos
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